¿Qué es la ansiedad por separación?
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La ansiedad por separación es un tipo de miedo que aparece cuando un niño es incapaz de separarse de una figura de apego relevante para él, normalmente la madre. Se trata de un miedo instintivo y, por tanto, útil para la supervivencia, sin embargo se convierte en un trastorno cuando altera la armonía familiar y lleva al pequeño (y a veces no tan pequeño) a sufrir de manera importante en diversas áreas de su vida. Puede surgir por la separación de los padres, por el inicio de la escolaridad o por la presencia de algún cambio importante en la vida del menor.
¿Cuáles son sus síntomas?
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La ansiedad por separación puede ponerse de manifiesto de diferentes formas:
UNO: Como un malestar excesivo cuando se anticipa o produce la separación respecto a las principales figuras de apego (generalmente la madre y/o el padre). Además, una vez éstos se han marchado, el niño necesita saber dónde están y, si puede, estar en contacto con ellas, como mínimo por teléfono.
DOS: Preocupación excesiva por la posibilidad de perder a las principales figuras de apego o que sufran algún daño.
TRES: Resistencia o negativa continuada a:
- ir a la escuela, a campamentos, etc. para evitar separarse.
- quedarse solo en casa o sin sus figuras principales de apego.
- acostarse o ir a dormir sin estar cerca de una figura de apego o dormir fuera de casa.
CUATRO: incapacidad para permanecer solo en una habitación
CINCO: presencia de síntomas físicos cuando va a suceder o ha ocurrido una separación: dolores de cabeza, de tripa, náuseas o vómitos. También pueden aparecer taquicardias y sensación de desmayo, pero estos últimos se observan básicamente en edades adolescentes.
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¿Qué puedes hacer como madre/padre?
Algunas pautas que podrán serte de utilidad para gestionar este problema son las siguientes:
UNO: procurar que otras personas se relacionen estrechamente y cuiden al niño de vez en cuando, como sus abuelos o tíos.
DOS: provocar cortas separaciones, como quedarse un ratito jugando en el parque con un amiguito mientras tú vas a hacer un recado a la tienda de enfrente.
TRES: estimular su autonomía personal dándole labores que requieran de su iniciativa personal y de responsabilidad, como dejarle solo que entre a comprar el pan mientras tú le observas desde fuera. Siguiendo con este mismo ejemplo, si ves que hace bien el recado y no se angustia, al cabo de unos días le podrás decir que vaya cuando estéis en la esquina de la calle y poco a poco ir alejándote físicamente.
CUATRO: será imprescindible que cada episodio que termine con éxito (que no haya llorado tras la separación, que se haya quedado tranquilo con su amiguito mientras tú hacías el recado, etc.), el niño sea fervientemente felicitado e incluso recompensado con privilegios especiales, como su postre favorito. Aunque ¡ojo!, no caigas en la tentación de comprarle nada material, sería algo contraproducente para él.
CINCO: también te será de utilidad hacer uso de técnicas de relajación [link] para disminuir su ansiedad. Aplícalas antes de ir a dormir o cuando lo veas muy nervioso. La respiración profunda también será una buena herramienta.
Si los síntomas no mejoraran, te aconsejo que busques el asesoramiento de un psicólogo infantil ya que, gracias a su experiencia con menores, cuando conozca al pequeño podrá darte pautas adaptadas a él más específicas. Un profesional te dará herramientas para que el niño y tú dejéis de sufrir y de sentir tanto malestar por lo que está sucediendo. ¡Para eso estamos!
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Maite Cobo | Psicóloga Infantojuvenil y Orientadora Educativa
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