El problema de los accidentes en el hogar es ya antiguo pero, desgraciadamente, nunca puedes dejar de hablar de él ya que es en ese contexto donde se produce el mayor número de accidentes infantiles y, sobre todo, a menores de 4 años.
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Para conseguir evitar que se produzcan accidentes (o conseguir disminuirlos) es importante que coexistan dos acciones:
1. VIGILANCIA
No puedes obviar que los niños carecen de la previsión de un adulto y no son capaces de predecir las consecuencias de sus conductas, con lo cual no pueden pensar que se quemarán si ponen la mano en el fuego o que un coche podrá atropellarles si cruzan la calle sin mirar. Por ese motivo es imprescindible que vigiles sus conductas cuando estés con ellos y no bajes nunca la guardia. Aunque hasta hoy tu hijo/a no se haya realizado ninguna conducta temeraria o peligrosa, nada te asegura que eso no pueda suceder mañana ya que sus cabecitas no dejan de pensar y elucubrar nuevos inventos aún desconocidos para ellos.
2. EDUCACIÓN
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A medida que van creciendo, los niños necesitan más explicaciones ya que con ellas aprenden a entender el mundo y a manejarse con éxito ante él. Será importante que les expliques porqué no deben tocar objetos peligrosos, incluso mostrarles imágenes de posibles consecuencias (por ejemplo una foto de un niño que se ha quemado o que tiene heridas) si crees que tu hijo/a actúa de forma muy temeraria. Sobre todo, tú como madre/padre tienes que actuar como modelo de comportamiento ya que los niños, como bien sabemos, actúan y aprender por imitación.
Así pues, quedaría resumido con tan sólo dos frases:
A menor edad del niño/a, MAYOR necesidad de vigilancia y MENOR de educación y
a mayor edad del niño/a, MENOR vigilancia y MAYOR inversión en su educación.
¿Qué te parecen estos dos puntos señalados? ¿Estás de acuerdo? Espero tus comentarios. Nos vemos en el próximo post 
Maite Cobo | Psicóloga Infantojuvenil y Orientadora Educativa
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