Tal vez desde fuera pueda resultarnos extraño que un joven en la flor de su vida cometa tal atropello hacia él mismo cuando el deseo principal de la mayoría de los seres humanos es poder vivir muchos años y con calidad de vida, sin embargo, la realidad no refleja eso.
Tal y como mostré en el post anterior, el intento de suicidio en menores y, en concreto, la muerte por suicidio en jóvenes de entre 15 y 25 años supone la segunda causa de mortandad en nuestro país, tras los accidentes de tráfico.
.
¿Y qué puedo hacer yo si mi hijo ha intentado suicidarse?
.
Hay varias cosas que los padres podemos hacer para ayudarlos. Te presento algunas a continuación:
UNO: estate alerta durante los primeros meses después del intento de suicidio porque es cuando más riesgo habrá de que vuelva a intentarlo. Esfuérzate para lograr que no esté solo y no dejes a su vista elementos que puedan ser utilizados para autolesionarse en un arrebato de impulsividad (medicamentos, detergentes, cuchillos, ventanas abiertas, etc.) ya que una proporción importante de suicidios ocurre coincidiendo con la mejora anímica experimentada tras una tentativa o al comienzo del tratamiento.
DOS: la comunicación padre/madre-hijo/a es fundamental; eso significa que será importante estar disponible para escuchar a tu hijo y que tengáis tiempo para compartir anécdotas de la vida cotidiana. Conversaciones en las que el 70% del tiempo hable él y escuches tú. De esta manera podrá tener oportunidad de expresar aquello que siente por dentro, si es que quiere. Será también labor de los dos que intentéis por ambas partes ponerse en el punto de vista del otro, para así poder comprender lo que sentís.
TRES: las peleas familiares, los episodios de estrés, etc. deberán ser evitados todo lo que se pueda para evitar que actúen de desencadenante de otro atentado hacia él mismo. La armonía familiar, pues, funcionará de variable protectora para evitar que vuelva a intentar acabar con su vida.
CUATRO: deberás estar alerta a posibles señales que estén avisando de un posible nuevo intento de autolisis. Recuerda que casi siempre avisan de forma implícita o explícita antes de actuar, por medio de acciones o de comentarios.
CINCO: vigila de cerca su consumo de alcohol y otras sustancias ya que podrán repercutir negativamente en su funcionamiento personal, familiar, escolar y social.
SEIS: afronta con serenidad el tema del suicidio con él y habladlo tranquilamente, eso no influirá en querer repetirlo y, sin embargo, le ayudará a reducir sus niveles de ansiedad por lo sucedido. Frases como “dame una oportunidad para ayudarte” podrán actuar de puente entre ambos.
SIETE: ofrécele la posibilidad de que asistáis a terapia psicológica. Si el joven la acepta, consigue que perdure en ella, al menos, un año o dieciocho meses. Menos tiempo no será eficaz.
OCHO: también se le puede ofrecer “contactos anónimos” con los que puede desahogarse si así lo desea. Voluntarios como los que hay tras el Teléfono de la Esperanza, están formados para atender y escuchar de forma anónima a todo aquel que les llame. En España están en numerosas ciudades, como Madrid (914 590 050) o Córdoba (957 470 195), a título de ejemplo.
Destacar que afortunadamente, los deseos de autodestrucción son transitorios. Como los intentos de suicidio suelen ocurrir en fases de estrés agudo, si durante ese periodo el joven recibe la ayuda apropiada, será posible impedir el intento. También es frecuente que después de un intento fallido, muchos se arrepientan sinceramente y recuperen las ganas de vivir.
Y para acabar, te recomiendo encarecidamente un libro que está ayudando a muchas de las familias que vienen a mi consulta. Se trata de Adolescentes: manual de instrucciones, escrito por Fernando Alberca y editado por Espasa. No se centra en jóvenes suicidas sino que su talante es general, sin embargo, te ayudará a entender un poco más y mejor a tu hijo adolescente. También te paso el link de una Guía editada por la Comunidad de Madrid que podrá serte de utilidad en un momento dado si así sientes que lo necesitas. La encontrarás en www.madrid.org.
Y por mi parte nada más. Si crees que este post es útil para los demás, no olvides compartirlo, así también me estarás ayudando a mí. Nos vemos en el próximo post.
.
Maite Cobo | Psicóloga Infantojuvenil y Orientadora Educativa