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Hoy en día, no es extraño que nos encontremos con que ambos progenitores deseen participar en la educación de sus hijos, algo maravilloso y muy positivo que ha venido de la mano de la modernización de nuestra sociedad ya que, hasta no hace demasiado, se consideraba una labor en la que la madre era la principal responsable.
Sin embargo, esto ha supuesto que, en algunos casos, afloren desavenencias entre la pareja debido a que conciben de forma diferente la educación de los hijos. Cuando esto sucede, el problema podrá llegar a ser grave (o no) en función de en qué ámbitos no están de acuerdo y la importancia de éstos. No es lo mismo que sólo difieran en el estilo de ropa que ha de llevar el niño que en hábitos relacionados con la comida o el sueño y en aspectos más disciplinarios como la forma de comportarse que debe mantener el menor.
Las consecuencias de dichas desavenencias que pueden acarrear en los niños son varias:
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- A corto plazo, la incoherencia parental podría provocar un mal comportamiento del niño en el ámbito del hogar y un alto nivel de desobediencia ante las instrucciones dadas por los padres.
- A largo plazo podría generar un estilo de personalidad inseguro y dependiente o todo lo contrario, rebelde y desafiante al no haber tenido unos límites claros a lo largo de su desarrollo evolutivo.
Por ello, os invito al consenso entre vosotros y a que vayáis a la una en relación a vuestros hijos. Para lograrlo, os sugiero algunas pistas que os ayudarán a no entrar en conflicto entre vosotros, padres:
- Siempre que queráis hablar de algo que consideráis que no ha hecho bien vuestra pareja en relación a vuestro hijo, entrad en una habitación y discutidlo sin que el niño os oiga, a fin de que no se dé cuenta de que no estáis de acuerdo y acabe tomando partido por el progenitor que más le interese.
- Tras la charla que mantengáis vosotros solos, llegad siempre a un acuerdo en el que ambas partes cedan un poco. Un día cederá más uno y al siguiente tendrá que ser al revés pero eso será fundamental si queréis que vuestro hijo no se aproveche de ambos.
- Manteneos unidos en vuestras decisiones ante vuestro hijo a fin de trasmitirle seguridad y estabilidad. A largo plazo, eso hará de él un adulto sin miedos ni inseguridades ya que le habréis transmitido la confianza que una persona necesita para navegar con éxito por el mundo.
- Cuando estéis tranquilos y solos, hablad de vuestras desavenencias en relación a vuestro hijo, sólo el diálogo y la comunicación os ayudará a acercar posturas entre vosotros, algo imprescindible por el bienestar del niño.
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Recordad que sois un equipo y que vuestro hogar es un barco que para llegar a puerto requerirá de que sus capitanes tengan claro el rumbo a seguir. Si no hay consenso para ello, el barco no logrará llegar a buen puerto.
Un cordial saludo, no dudéis en contactar conmigo con vuestros comentarios, ¡hasta el siguiente post!
Maite Cobo | Psicóloga Infantojuvenil y Orientadora Educativa
