Derivado de la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner y junto a planteamientos de autores como Renzulli (Teoría de los tres Anillos) y Sternberg (Teoría Triádica de la Inteligencia), surge el concepto de Altas Capacidades, tal y como se ha popularizado en la actualidad. En él encontramos a niños a los que se denominan precoces, con talento complejo o con talento simple y superdotados. Permitidme que en este post no defina cada uno de ellos, para tal función os remito a otro post titulado Diferencia entre Altas Capacidades y Superdotación y que, en esta ocasión, me centre en los talentos simples ya que, al menos en España, son los grandes olvidados por las instituciones y, en ocasiones, también por las familias. Hay un tipo de clasificación que distingue seis tipos de talento simple: el talento creativo, lógico, matemático, verbal, social y deportivo, aunque este último funcionaría de forma distinta al resto.
Estos niños no es difícil que pasen desapercibidos, tanto en el ámbito familiar como en el escolar debido a que en el resto de las áreas su rendimiento estaría situado dentro de la media como la mayoría de sus compañeros. Entonces ¿por qué solicito desde aquí hoy que estos niños reciban una atención que de respuesta a sus necesidades? Pues porque si no se hace, no es extraño que desarrollen problemas de ansiedad, miedos u obsesiones como mecanismo de defensa en respuesta a la descompensación que sienten entre lo que ellos necesitan y lo que el contexto que les rodea les proporciona. No dejo de ver en consulta casos de menores con alteraciones psicosomáticas (dolores de tripa, cefaleas, mareos…), miedos y crisis de ansiedad que, al ser evaluados, muestran tener como mínimo un talento simple, si no la combinación de más de uno de ellos.
En una ocasión, un niño con una problemática de miedos diversos y de una inventiva ciertamente exagerada, resultó ser un talento verbal que, tras proporcionarle sesiones individualizadas en las que el pequeño podía dar rienda suelta a su imaginación y a la redacción de relatos fantásticos, dejó de presentar tal sintomatología, incluidas las sofisticadas mentiras que narraba tanto en la escuela como en el hogar familiar.
Y es que el pequeño era algo así como un Ferrari obligado a ir en todo momento por una carretera secundaria. Cuando se le proporcionó una autovía por la que dar rienda suelta a su potente motor, tuvo la habilidad de llevar con mayor conformidad sus trayectos por la red secundaria de carreteras sin alterar la paz y el sosiego familiar que tanto había desestabilizado a la familia, en especial a la madre. Este es un ejemplo pero no es el único. La gran mayoría de los menores con talento simple traen el suyo aunque en casi todos los casos con un patrón muy similar. Desde aquí desearía plantear a las familias que si detectan que su hijo/a es muy hábil en alguna área curricular, le permitan que de rienda suelta a tal habilidad por medio de recursos extraescolares y de carácter más lúdico.
Numerosos centros de psicología infantil y juvenil desarrollan programas adaptados a los menores y a sus intereses, unos individualizados y otros en grupo y, de forma lúdica y amena, consiguen profundizar en aspectos que a ellos les motiva, les hace aprender y, lo mas importante, les hace sentirse más felices.
Espero haberte sido de utilidad con este post y, si lo has visto práctico, te pido también que lo compartas para que otras personas puedan aprovecharlo. ¡Nos vemos en el próximo post!
Maite Cobo | Psicóloga Infantojuvenil y Orientadora Educativa
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